Preguntarse

Adolfo Pons, politólogo y académico leonés.

Cuando se tiene la necesidad de conocer, profundizar o afirmar una situación, conocimiento o acción de algo o alguien, lo más importante es hacerse preguntas.

No entraré en la parte filosófica de la pregunta, que sería para conocer el ser o existencia, del ser humano. Me quedaré, en la pregunta, desde su perspectiva lógica, solamente. Donde se reflexiona para poder buscar las respuestas que permite desarrollar un espíritu crítico, y que ayuda a pensar por uno mismo.

Por eso, asumo lo que Georges Duhamel dice “Cuando se quiere saber una cosa, lo mejor que se puede hacer es preguntarla”.

Ante los hechos que hemos visto, penosamente suceder, estos últimos días, en la administración municipal; no queda otra cosa que hacer varias preguntas para poder pretender entenderlos y sobretodo, intentar razonar del porqué de su existencia anormal, de ellos.

Sin duda alguna, lo más sobresaliente fue la renuncia del Secretario de Seguridad Municipal, Luis Enrique Ramírez Saldaña; orillado por los altos índices de precepción de la inseguridad en el municipio, los delitos que sufrimos a diario los leoneses, pero principalmente, por el desorden al interior de la Policía Municipal.

Hace 3 años y 8 meses, llegó el entonces nuevo secretario, desde Irapuato, a tomar las riendas de la seguridad en León. Lo acompañaba un joven bachiller de nombre Mario Alberto Martínez, como su secretario particular. Quien después de tiempo, fue nombrado Director de Planeación y Administración, sin cumplir con los requisitos de ley en materia académica. Llegando a cometer el delito de usurpación de funciones, según el Art. 250 del Código Penal Federal, que dice “Se sancionará con uno a seis años de presión…2. Al que sin tener título profesional o autorización para ejercer alguna profesión reglamentada…A) se atribuya el carácter de profesionista B) Realice actos propios de una actividad profesional…”

¿Nadie, en la Dirección de Desarrollo Institucional, validó el cumplimiento de los requisitos de ley para que ocupara el puesto? ¿Van a proceder penalmente por este delito?

Posteriormente, ya despedido y sin autorización, se le asignó una escolta para su protección, a la cual, él la trasfiere para el cuidado de su esposa, en la ciudad de Irapuato; y es ejecutada. ¿Quién autorizó la escolta a esta persona? ¿Nadie en la Secretaría del Ayuntamiento, o en la Contraloría, sabía de ésta asignación ilegal?

Así mismo, se denunciaron, la incorporación de varios familiares de él, en puestos de mando. Este acto, es por demás monitoreado y prohibido en la gran mayoría de las empresas y del mismo gobierno, por el daño potencial al que se exponen. ¿Por qué Desarrollo Organizacional no alertó, e impidió, la incorporación de familiares directos en la misma dirección? ¿Quién autorizó que sucediera, sin medir las consecuencias? ¿Qué hará el presidente municipal, para resarcir el daño, evitar la red de interés y subsanar el tiempo perdido? ¿Por qué tardaron 3 años, 8 meses en darse cuenta de ello, hasta que ocurrió una desgracia?

Todo esto, se dio, por la falta de control del Secretario al interior de la corporación. ¿Hasta dónde realmente estará la repercusión de esta acción? ¿Qué se hará para que el nuevo secretario no esté condenado al fracaso?

Ahora se sabe que la estrategia seguida por el anterior Secretario no fue la correcta, ni dio los resultados esperados. ¿Se perdieron 3 años 8 meses del poder hacer algo por la principal preocupación de los leoneses? ¿El presidente municipal nunca cotejó la información que recibía? O asumió la postura Charles Dickens “No preguntes nada, y así no te dirán mentiras”.