La comandancia de seguridad, también blanco del crimen

Un elemento de la policía, fue herido por arma de fuego este día

El día de hoy, estaba a punto de desearles un feliz descanso por estos días que se avecinan con motivo de la Semana Santa, lo cual nos inspira y ocupa de oración y reflexión en nuestras vidas, considero que son días de guardar  y muchos leoneses y guanajuatenses, destinan este tiempo para tomar unas merecidas vacaciones, este tema lo retomaré a renglón seguido, sin embargo, irrumpe  como un fantasma que no nos deja avanzar  en una paz que anhelamos y nos vuelve a meter a ese círculo vicioso que pareciera ser el talón de Aquiles de esta ciudad:  la seguridad, seguridad y más seguridad.

Hace apenas unas horas, corrió la noticia del robo de una camioneta que pertenece a la dirección de Tránsito Municipal de León, este ilícito, sucedió a unos cuantos metros de una comandancia, en uno de los bulevares más concurridos de la ciudad, como lo es el Mariano Escobedo a la altura de la calle Justo Sierra, a los ojos de cualquier transeúnte que pasara por ahí.

Luego entonces, quiero hacer la siguiente reflexión: si la propia autoridad encargada de la seguridad vial de nuestra ciudad es burlada y casi en su nariz le roban un vehículo por parte de los hampones  es como lanzar un reto contra estos  y a nosotros como sociedad, no solo nos inquieta, sino nos desanima, desalienta y frustra, porque, ¿qué podemos esperar ante estos acontecimientos, que de una manera clara denotan el crecimiento del índice delictivo? La respuesta está a flor de piel, hay flaqueza y debilidad en nuestros cuerpos policiacos, por ende, en estos momentos la sociedad leonesa se siente inerme y a merced del hampa que en estos momentos está ganando la partida a nuestras autoridades.

Sin duda alguna, la violencia urbana se ha ido apoderando como una mancha negra que inunda nuestras calles, barrios y colonias y que penetra poco a poco hasta la médula de nuestras casas, por ello, tenemos que aceptar que algo no se está haciendo bien, algo se tiene que cambiar cuando las cosas no funcionan y tenemos que proponer que en tratándose de Política Criminológica, debe renovarse la forma de ver, hacer y mejorar la seguridad pública, porque han sido tan erráticas ciertas políticas que ofenden a una sociedad agraviada, a una sociedad desprotegida como ahora que escuchamos que nuestra seguridad anuncia con pompa y platillos, que van a integrar al cuerpo vehicular 6 unidades, las cuales alcanzan altas velocidades, que más bien parecen vehículos deportivos, sólo que ahora van a estar pintados con los colores de la corporación de la seguridad pública,  eso nos debe alarmar, porque refiero que quien tomó las decisiones de integrarlos, con todo el respeto que me merece, y prefiero no saberlo, sabrá de coches de carreras pero creo que no sabe de qué se trata la seguridad pública.

La única cuestión que podríamos alegar, sería que estos vehículos servirían para realizar persecuciones automovilísticas o para arribar a un lugar de forma muy rápida.

Amigos lectores, creo que nos ha invadido equivocadamente el ánimo peliculesco de las clásicas persecuciones policiacas, pero créanme que esto no es aplicable en nuestra ciudad, porque considero que sería irresponsable una persecución de estas características por los daños colaterales que podría ocasionar, como por ejemplo choques contra terceros, hasta la pérdida de vidas humanas.

Cabe agregar que los vehículos a los cuales se les refuerzan los motores, son los destinados a la Policía Federal, que patrullan las carreteras, y su función es realizar persecuciones a altas velocidades, que pueden alcanzar hasta los 200 km/h, pero esta situación es porque así lo establece su logística, pero reitero que no en una ciudad, donde son contados los bulevares con estas características.

Hago hincapié, que es evidente el vacío de conducción que existe en la seguridad en lo que toca a la prevención del delito, porque a estas alturas, lo dable es que la policía municipal e inclusive tránsito, deben estar capacitados para cumplir con su deber de brindar seguridad a la ciudadanía leonesa, pero por esta ocasión dejaré ese tema para otra intervención.

Así las cosas, probablemente, muchos leoneses ya hayan programado sus vacaciones con toda anticipación y tendrán que dejar sus casas. Por consiguiente, lo recomendable es que le encarguen a familiares o vecinos que estén al pendiente de las mismas, o bien, los que pueden ya han integrado su propio sistema de seguridad y videovigilancia.

La invitación que realizo, es en virtud de que el crimen organizado cada día innova más en sus formas de cometer delitos, y en el caso de robo a casas, camuflajean camionetas como si fueran de mudanza, para simular que el inquilino de una casa se está cambiando de ese domicilio, de tal forma que a los vecinos les pasan desapercidos esos movimientos que los realizan a plena luz del día.

En fin, la cuestión es preocupante, porque la sociedad deberá de buscar sus propias formas de cuidarse como vecinos y colonos, porque hasta estos momentos, el crimen y el robo, se consideran imparables, por lo que en esta ocasión no daré cifras ni estadísticas, porque la inseguridad le ha pegado a todas las clases socioeconómicas, desde las más desprotegidas hasta las más prominentes, pero independiente de todo lo narrado en esta columna, les deseo unas felices vacaciones, y sobre todo, libres de inseguridad.

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