Física cuántica, metáfora de la conducta humana Juan Villoro

Juan Villoro, el escritor mexicano.

México, 23 Jun (Notimex).- El escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956), amante de las letras y aficionado a la ciencia que rodea la mecánica cuántica, escribe una obra de teatro sobre la Materia Oscura, término que emplea la astrofísica y la cosmología física para designar a cierta materia que corresponde a 25 por ciento del total del universo.

Entrevistado por Notimex, el también dramaturgo explicó que en la pieza escénica hará un paralelismo entre ese mundo subatómico, los detalles que no advertimos y cómo nuestra vida muchas veces cambia por pequeñísimas concatenaciones de detalles, las cuales, de acuerdo con los físicos cuánticos, se conocen como “enredamientos” y tienen “una enorme importancia”.

Villoro mencionó que, muchas veces, nuestra vida está decidida por diversas cuestiones que parecen no tener importancia: un juguete que abandonamos, una cáscara de fruta que dejamos en algún lugar. “Cosas que parecen inconexas, pero que de pronto determinan nuestro destino, es decir, nosotros mismos estamos en contacto con esa circunstancia física”.

Ganador del Premio Herralde de Literatura 2004 por su novela “El testigo”, Juan Villoro añadió que la física cuántica puede ser una metáfora de la conducta humana, por lo que decidió escribir esa obra.

Señaló que, entre otras fuentes, ha abrevado muchísimo de teorías como las del físico experimental mexicano Luis A. Orozco, uno de los más destacados científicos a nivel mundial.

El integrante del Colegio Nacional, sostuvo que una de las bondades y cosas importantes de esta institución, al ser interdisciplinaria, es que “cada uno de los que asistimos a las actividades que se organizan venimos también a aprender, porque cada conferencista o expositor, no solamente viene a hablar de su disciplina de estudio”.

Los textos clásicos que existen en las bibliotecas y anales científicos sobre la física y la mecánica cuántica son, desde la perspectiva de Villoro, “de altísima complejidad”, en tanto que él se encuentra en el nivel de la divulgación, lo que significa que trabaja de manera profunda para llevar esos discursos especializados al lenguaje de todo público.

De acuerdo con Juan Villoro, el Colegio Nacional, localizado en la vieja calle de Donceles, “es uno de los pocos espacios culturales importantes en el Centro-Norte de la capital, por lo que acude un público ecléctico: intelectuales, especialistas, estudiantes amas de casa y trabajadores de todos los oficios y carreras. Y todas las actividades son gratuitas”.