León, Gto.- La factura por alumbrado público cuesta a los leoneses 450 millones de pesos al año y, debido a los ajustes que se hacen durante el año en ese cobro, hoy León tiene un déficit de 250 millones de pesos que pueden crecer en caso de que no se aclaren los criterios para el cobro.
Es por eso que el gobierno municipal podría enfrentar una condición de inestabilidad financiera que afecte programas de seguridad y desarrollo social, entre otros, en caso de que el gobierno federal no clarifique el mecanismo de cobro del Derecho de Alumbrado Público (DA).
Hace tres años, el gobierno municipal inició una estrategia que logro bajar el recibo de la luz 70 millones de pesos, per ahora, ya supera los 250 millones sin contar lo que se paga año con año por lo que el acalde de León, Héctor López Santillana reconoció que el cobro por DAP es un tema que ha platicado tanto con el Gobernador y los Diputados locales.
“Estamos preocupados, a pesar del esfuerzo que hemos hecho, porque estamos ahorrando de manera significativa en energía, los incrementos nos han colocados en una situación apremiante a todos los municipios” declaro el alcalde.
Y es que mientras la Comisión Federal de Electricidad modifica durante el año varias veces sus criterios para el cobro del DAP, los Ayuntamientos solo pueden hacer presupuestos al inicio del año y deben ser aprobados por el Poder Legislativo; durante el año no pueden hacer incrementos en sus impuestos “lo que nos ha generado un déficit” dijo López Santillana.
Por lo pronto, dijo, se han pronunciado ante la Comisión Reguladora de Energía y el Gobierno de la República para evitar las variaciones de las tarifas que “nos mueven los presupuestos y eso desequilibra las finanzas, nos afecta”.
Hasta el momento, no se han encontrado formas para poder hacer un pago de DAP que sea amigable con las finanzas públicas. En el 2012 se pretendió que los Ayuntamientos cambiaran sus luminarias pero no se logró por la inconformidad de la alcaldesa de León, Bárbara Botello quien convocó a otros gobiernos locales a que la siguieran.
Tres años después, los gobiernos locales cambiaron de opinión al considerar que las lámparas LED sí eran ahorradoras de energía. Pero para entonces, ya tenían su déficit inalcanzable.
