Bipartidismo

El INE abre la convocatoria para observadores electorales. Foto: Archivo Platino

El sistema de participación política, que está basado en la existencia de dos “grandes partidos” políticos, con posibilidades reales de ocupar el poder, le conocemos como bipartidismo.

Quienes defienden el sistema bipartidista puro, sostienen que, al haber solo dos opciones de visión de gobierno, éstas eliminan de facto a los extremistas de ambos lados, evitando así ocupen escaños en las cámaras. Quienes no concuerdan con este sistema, dicen que es aquí precisamente, con la eliminación de esos grupos, lo que lo hace un sistema antidemocrático.

En México, no quiere decir que, sean solamente y exclusivamente dos alternativas a poder ser elegidas entre ellas. Sino que, se dará la aparición de dos coaliciones o ideologías políticas, antagónicas por naturaleza, que generarán la exclusión o discriminación de otros partidos políticos con poca participación o representación, conocidos en el argot como “la chiquillada”.

Donde en las elecciones, uno de los dos grandes, alcanza el gobierno y el otro, al ocupa el segundo lugar en las preferencias de voto, pasará a ser la oposición oficial; el resto, la “chiquillada” buscarán adherirse, cual rémoras políticas, a alguno de los dos bloques, para evitar morir por inanición.

Además, se manifestará, ese sui generis “bipartidismo mexicano”, por la mera atención de los medios de comunicación y analistas, a esos dos grandes partidos; ignorando al resto de las voces que buscarán votantes.

Los próximos protagonistas en la elección del 2021, sin duda alguna, serán el Partido Acción Nacional y MORENA. El Verde pasará con su alianza, a éstos últimos, a navegar en el ostracismo.

Vemos desde ya, como los medios y analistas, no prestan atención a lo que sucede en los partidos, con una supuesta importancia, tanto en votos como en trayectoria. El caso PRI, donde el domingo próximo tiene elección de dirigencia nacional, y donde no hay duda que el ganador será Alito Moreno, no es noticia. Como tampoco es noticia lo que está haciendo para posicionarse como partido de oposición real y viable.

El mensaje que manda Alito es de sumisión ante AMLO, cae en el vasallaje; cuando debiera, siendo respetuoso, marcar diferencia y crítica ante lo que, para el PRI y su historia, debería ser un ultraje a la constitución que ellos diseñaron. Tendría, Alito, que convertirlo en el partido “Constitucionalista”, si quiere sobrevivir; de lo contrario, estaría condenándolo a morir en varios estados, Guanajuato entre otros.

Aquí, en el estado, la competencia electoral, también será de 2 partidos, y serán los mismos que a nivel nacional, PAN Vs MORENA, pero con la diferencia que será el campo de batalla más cruento, aquí se librará la madre de todas las batallas, por el simple hecho de que es el último bastión del panismo de alcurnia de México. Perdidos Baja California y Puebla, solo queda Guanajuato.

El PRI, como el verde, y demás chiquillería, en el estado; pasarían a ser fieles en algunas balanzas de elecciones locales, donde su participación será determinante para enfilarse a la gran batalla del 2024, que esa, será épica en la historia del Estado.

Dejaremos de ver, en Guanajuato, la antigua lucha de verdes vs rojos, de los pertenecientes a la Confederación de Partidos Revolucionarios Guanajuatenses, contra miembros del Partido Laborista Mexicano y su trasformación en clanes de Obregón, de Calles, etc. Etc.

Veremos una lucha entre ideologías la conservadora/católica/yunquista/derechista contra la social/liberal/evangélica/izquierda. Los primeros tienen el poder control de las estructuras locales y personajes, los segundos, buscarán quién los represente y coaptar esas estructuras.