Agenda 2030 y cambio cultural: los derechos humanos de las mujeres y las niñas

Senadora Martha Lucía Micher Camarena.

Lic. Martha Lucía Micher Camarena, Senadora de la República. Presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, Senado de la República

En México, millones de mujeres y niñas no gozan de sus derechos humanos y viven múltiples formas de desigualdad y discriminación interrelacionadas: además de las derivadas de su sexo, otros ejes d desigualdad son: la edad, la clase social, la raza o la etnia, la orientación sexual, y la identidad de género; las condiciones de salud y discapacidad y el estatus migratorio.

Todas estas condiciones de desigualdad estructural de las mujeres y niñas en nuestra cultura y nuestra sociedad son centrales a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La igualdad es en sí mismo el Objetivo 5, pero es transversal al conjunto de los 17 ODS.

Con el objetivo de cumplir con lo estipulado en la Agenda 2030, en México necesitamos implementar una agenda amplia que incluya las tres dimensiones de la autonomía de las mujeres y las niñas: física, política y económica. La autonomía es un elemento central para alcanzar la igualdad ya que implica “la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos el contexto histórico que las hace posible.[1]” El logro de las autonomías contribuirá a la transformación de las condiciones de vida de las mujeres y niñas, del conjunto de la sociedad y del país.

Para lo anterior, es nodal la eliminación de todos los tipos y modalidades de violencia contra las mujeres y las niñas. Esta violencia en un atentado a sus derechos humanos y, al mismo, tiempo les impide el acceso y goce de otros derechos. La violencia contra las mujeres tiene su base en la desigualdad entre los géneros y en la subordinación de las mujeres en nuestra cultura y sociedad. No será posible alcanzar los ODS si en México millones de niñas y mujeres son cotidianamente víctimas de violencia. Necesitamos cambios radicales en todas las esferas de la vida para lograr la igualdad y erradicar la violencia: si la violencia es estructural al sistema político, a la sociedad y la cultura, necesitamos implementar políticas públicas, legislaciones, programas y acciones con el objetivo de erradicar dicha violencia estructural.

El gran cambio cultural que México requiere es la instauración de una cultura de derechos humanos y, específicamente, de derechos humanos de las mujeres y las niñas. Para ello es necesario que tengan plena vigencia: su derecho a la educación; la garantía de acceso universal a la salud sexual y reproductiva; a la participación política en condiciones de paridad; a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral; el reconocimiento y valoración de los trabajos de cuidados y del trabajo doméstico no remunerado; al agua limpia y potable; a un medio ambiente sano; a salario igual por trabajo igual; a la seguridad y la paz; a la erradicación de la pobreza y el hambre; a vivir libres de violencia en la casa, la escuela, los trabajos, las calles y los transportes, entre otros.

Para asegurar el cumplimento de la Agenda 2030 y los ODS, el Senado de la República tiene trabajos claves que realizar:

  1. Desarrollar legislación que refleje los principios de derechos humanos y contribuya a lograr el cumplimiento nacional de la Agenda y los ODS.
  2. Garantizar presupuestos que contribuyan a maximizar los recursos nacionales disponibles para lograr los mejores resultados posibles.
  3. Monitorear los resultados alcanzados con el objetivo de coadyuvar en la identificación de obstáculos para su cumplimiento o para evaluar los progresos alcanzados.

Como Senadora Presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género tengo la firme convicción de que el logro de la Agenda 2030 y los ODS es fundamental para el avance de niñas y las mujeres en nuestro país. Debe ser compromiso de todas y todos impulsar este avance desde cada uno de nuestros espacios de influencia para que la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, la no discriminación y el acceso a una vida libre de violencias se conviertan en una realidad plena para todas las mujeres en México. Mi esperanza y mi trabajo están orientados para que lo logremos antes del año 2030.

[1][1] Véase: https://oig.cepal.org/es/autonomias/interrelacion-autonomias